Si aún no tienes claro cómo seducir a una mujer madura los masajes son una buena idea. Ya sea porque quieres darle una sorpresa a tu pareja o porque ha tenido un día horrible y quieres animarla, un masaje inesperado puede hacerte ganar muchos puntos en su corazón. Bajo tus manos, puedes aliviarla, reconfortarla, pero también puede ser un preliminar para una noche sensual. Así que… ¡prepáralo todo para derretirla!
¡Dale un toque zen a tu habitación!
Antes de comenzar, ¡prepara la habitación! Empieza poniendo música. Ya que vas a hacerle un masaje relajante y sensual a tu pareja, mejor escuchar una buena lista de música que a tu vecina del 5º gritando por el patio interior para que suba su hijo a comer. Haz que tu pareja se instale confortablemente en la cama rodeada de velas aromáticas y por supuesto consigue una temperatura agradable. Los mejores masajes se hacen sin ropa y no querrás que le dé una hipotermia. Una vez que hayas ambientado la habitación… ¡manos a la obra!
Hacer un masaje es más fácil de lo esperado
Para hacerle a tu pareja un agradable masaje, no hay que ser fisioterapeuta, solo hay que tener ganas de hacerlo y transmitirle que estás disfrutando. De nada sirve que todo esté perfecto si cada 2 minutos estás mirando el reloj. Una vez que tus manos estén embadurnadas en alguna crema o aceite hay varios consejos a tener en cuenta.
– Cambia de ritmo y de movimientos, tómate tu tiempo en cada uno sin resultar monótono: rozar, amasar, pellizcar, masajear, rasgar… a veces rápido, otras dulce. Coordina todos esos movimientos de la manera más placentera.
– No te centres solo en la espalda, el cuerpo está lleno de zonas erógenas, algunas bastante comunes (orejas, cuello) y otras te tocará descubrir para potenciarlas.
– Aceites aparte, usa accesorios. Seguramente puedes probar a ir a un sex-shop y encontrar algunos artilugios que podrás usar para masajear mejor a tu pareja. Siempre puedes usar tu imaginación: coger un par de hielos o las plumas del disfraz de indio que te compraste para el carnaval.
Aunque lo más importante te lo va a decir ella: siente sus reacciones. Observa esos lugares que la hacen estremecerse y aquellos en los que se encuentra menos receptiva y úsalos para darle más placer.
¿Final feliz? Esa es la cuestión
Aunque puede ser un preliminar perfecto, un masaje no es solo algo sexual. También puede ser un momento de tranquilidad y relajación que le ofreces. Si por ejemplo, la escuchas roncando, aprovecha y ve a hacer otras cosas, tu masaje le ha curado de su jornada laboral. En cambio, si sientes que el aceite, tus manos y el ambiente están surgiendo efecto…